EL PASO DE LOS ANDES
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En sorprendente y osado movimiento
estratégico, el ejército patriota, disciplinado por oficiales
extranjeros y reforzado con numerosos reclutas, cruzó los Andes e inicio
la campaña de Nueva Granada.
Los meses transcurridos en la Guayana
permitieron al ejército patriota reorganizarse, disciplinarse,
incorporar numerosos oficiales ingleses, irlandeses, franceses y de
otras nacionalidades europeas y adiestrar a los reclusos que acudieron
de todas las provincias.
Morillo, que había sufrido algunas
derrotas menores, seguía aún dominando casi todo el territorio. Mientras
la caballería republicana permanecía en los Llanos, la infantería
partió el 27 de mayo de 1819 de Mantecal hacia los Andes. A costa de
increíbles sacrificios y esfuerzos, atravesó el páramo de Pisba, donde
muchos soldados murieron de frío, sostuvo con éxito los combates de
Gámeza y Pantano de Vargas y, el 7 de agosto dio la batalla definitiva
de Boyacá, donde cayeron prisioneros el jefe y más de 1.500 soldados
realistas. Ante el avance patriota, el Virrey Juan Sámano abandonó
Bogotá, que fue ocupada por Bolívar.
Francisco de Paula Santander fue designado vicepresidente de Nueva Granada y El Libertador volvió a Venezuela al siguiente mes.
EL PASO DE LOS ANDES
(Tomado De Las Aventuras De Simón Bolívar Del Historiador Vinicio Romero)
(Tomado De Las Aventuras De Simón Bolívar Del Historiador Vinicio Romero)
“Pronto estos oficiales supieron qué
clase de soldados teníamos. El 2 de Abril Páez, con 150 llaneros, ganaba
una increíble batalla en las Queseras del Medio. Para premiarlos les di
la Estrella de los Libertadores. Luego cruzamos el Arauca y de allí
fuimos a establecernos en Mantecal.
Como el ir a la Nueva Granada exigía
meditación y consulta, reuní una Junta de Guerra en la Aldea de Setenta
para explicar el Proyecto. Todos los oficiales estuvieron de acuerdo.
Así, pues, emprendimos la marcha el 27 de mayo de 1819.
El General neogranadino Francisco de
Paula Santander iba a la vanguardia. El conocía bien el terreno que
pisaba y era un hábil e inteligente militar. Tenía él para esta fecha 28
años. La marcha era dura, forzada, porque teníamos que cruzar
muchísimos ríos crecidos. Cuando llegamos a Pore, en menos de un mes
habíamos recorrido 600 kilómetros.
Pero lo más duro estaba por delante.
Para no tropezar con las fuerzas realistas y caerles de sorpresa, se me
ocurrió que debíamos atravesar con todo el ejército el páramo de Pisba,
rodeado de barrancos y peñascos, por senderos que apenas si hacen
posible la marcha y además con un frío aterrador y la molestia constante
de la lluvia y el granizo. Aquello era casi superior a nuestras
fuerzas.
Yo no me cansaba de animar a los
soldados, que caían muertos de cansancio o engarrotados por el frío. A
muchos de ellos hubo que darles palizas para que les pasara el “mal del
páramo”. Tal fue la marcha, que la caballería llegó sin caballos, sin
armas y sin nada que les molestase, porque ya era bastante poder con el
propio cuerpo.
Con todo, el general Barreiro nos hizo
frente en Gámeza y lo batimos por completo, aunque hubo gestos de
heroísmo de ambas partes. Y días más tarde obtenemos una ejemplar
victoria en Pantano de Vargas. A marchas forzadas llegamos a Tunja y dos
días después, el 7 de agosto libramos la famosa Batalla de Boyacá, en
que el ejército español quedó rendido ante nuestra osadía y el propio
General Barreiro fue hecho prisionero. El Virrey Sámano, que estaba en
Bogotá, abandona la capital y la tomamos nosotros el día 10. El 20 de
septiembre estoy en camino para Venezuela y llego a Angostura el 11 de
diciembre…”
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