Significado de Himno Significado de Himno Nacional de La República Dominicana.
Significado de Himno Significado de Himno Nacional de La República Dominicana.
Compilación por Ubaldo Solís.
Esos versos se escribieron para esa música y esa música se escribió para esos versos.
Diez y seis decasílabos anapésticos,
agudos dos a dos, los versos y ocho frases musicales isócromadas e
isorritmicas, la música, o sea el aire preciso del canto, donde
encajaron aquellos desde el primer momento, como en su propia casa nunca
fue necesario mutilar nada.
1-Quisqueyanos valiente alcemos
2-nuestro canto con viva emoción
En estos versos, el gentilicio de
Quisqueyanos se refiere a los hijos de quisqueya, uno de los antiguos
nombre que los aborígenes dieron a la isla, el autor evito usar el de
dominicanos, por ser un nombre de raíz europea. En el canto se refiere
en sentido figurado al canto a la patria.
3-y del mundo a la faz ostentemos
4- nuestro invito, y glorioso pendón
La faz del mundo equivale a la comunidad de
naciones ente la cual el hijo de esta República debía mostrar
orgullosamente su bandera triunfante y gloriosa, es decir su
independencia.
5-salve ¡ el pueblo que intrépido y fuerte,
6-a la guerrea a morir se lanzó
7-cuando en bélico reto de muerte
8-sus cadenas de esclavo rompió
El poeta, exalta el valor del pueblo
dominicano que fue capaz de lanzar a sus enemigos el desafió de una
guerra heroica, dispuso inclusive a morir proclamar su independencia
9- ningún pueblo ser libre merece
10- si es esclavo, indolente y servir:
11- si en su pecho la llama no crece
12- que templo el heroísmo viril.
13-más quisqueya la indómita y brava
14-siempre altiva al frente alzara:
15-que si fuere mil veces esclava
16- otras tantas ser libre será
En estas dos estrofas señalan que para
merecer la libertad, los pueblos necesitan que en su pecho arda la llama
del idealismo inspirador del entusiasmo patriótico opuesto a toda
dominación extranjera, proponiendo a quisqueya como ejemplo de nación
libre e independiente que sabrá recobrar su libertad, tantas veces como
fuere necesario
17-que si dolo y ardid la expusieron
18-de un intruso señor al desdén
19- Las Carreras ¡Beler¡…. Campos fueron
20- que cubiertos de Gloria se ven.
Esta estrofa se refiere a las equivocas
relaciones dominico-haitianas durante las primeras décadas del siglo
XIX, y a las negociaciones engañosas y astutas entre dominicanos y
haitianos, que trajeron como consecuencia el sometimiento del pueblo
dominicano a la humillación de tener que sufrir la ocupación militar en
su territorio (1822-1844), por las tropas haitianas bajo el mando del
Presidente Jean Pierre Boyer,
La guerra dominico-haitiana duró cerca de
doce años, a partir del 1844, en su canto patriótico, Prud Homme, escoge
los nombres de las sangrientas batallas de Las Carreras y Beler para
representar todos los demás combates contra los haitianos que debieron
librar los dominicanos en cuatro dilatadas campañas independentistas.
21- que en la Cima del heroico Baluarte,
22-De los libres el verbo encarnó
23-donde el genio de Sánchez y Duarte,
24- a ser libre o morir enseñó
Aquí se hace alusión a la noche del 27 de
febrero del 1844, cuando un grupo de dominicanos desde el Baluarte de la
Puerta del Conde, lanzó el Grito de Independencia, haciendo realidad el
ideal de Libertad propuesto por los Padres de la Patria representado
poéticamente en el texto por Sánchez Y Duarte.
25- y sí pudo inconsulto caudillo
26- de esas glorias el brillo empañar,
27- de la guerra se vio en Capotillo.
28- La Bandera de fuego ondear.
Después de las gloriosas jornadas de la
Independencia, falto de Fe en la Nacionalidad Dominicana, el general
Pedro Santana, paladín de las victorias contra el ejército haitiano,
echo sobre sus hombros, el 18 de marzo del 1861, la responsabilidad de
anexar la República Dominicana a España, devolviéndola a su antigua
condición de Colonia.
Prud Homme, llama a Pedro Santana, inconsulto
caudillo, porque al realizar la anexión ignoro a los mejores
dominicanos que le aconsejaron convocar a un plebiscito para que
sancionara esa trascendental decisión.
Este hecho bochornoso que empaño el brillo de
las gloriosas jornadas Independentista, donde se antepone el grito de
Capotillo, el 16 de agosto del 1863, cuando un puñado de dominicanos
enarbolo en Capotillo Español la Bandera Nacional llamando al pueblo a
las armas, dando inicio a la Restauración
29- y el incendio que atónito deja,
30- de Castilla al soberbio León,
31- de las playas gloriosas le aleja,
32- donde flota el glorioso pendón
En la guerra de Restauración los dominicanos
utilizaron la desesperada estrategia de incendiar lo que iban dejando a
tras que podían defender.
El más voraz de estos incendios se produjo en
Santiago de los Caballeros, el 6 de septiembre del 1863, cuando los
patriotas rodearon la guarnición Española de la Fortaleza San Luis, y al
no lograr desalojarla, el general Gaspar Polanco, inicio por los
alrededores un fuego y en poco tiempo destruyo gran parte del pueblo.
Los españoles, en 1865 se vieron forzado a
abandonar el territorio dominicano desde entonces el territorio
dominicano desde entonces, volvió a ondear la bandera nacional
33- compatriotas, mostremos erguida
34- nuestra frente, orgullosos de hoy más:
35- que Quisqueya será destruida.
36- Pero sierva de nuevo, jamás.
El poeta PNUD Homme, afirma que el pueblo
Dominicano había “fatigado a la gloria con la soberbia repetición de más
de mil hechos personales de libertad e Independencia y lo exhorta a
enorgullecerse hoy más que nuca de los logros alcanzados a través del
sacrificios, a la vez que ratifica su Fe en la vocación de independencia
de los dominicanos
37- que es santuario de amor cada pecho.
39- do la patria se siente vivir:
39- y es su escudo invencible el derecho:
40- y es su lema servir ó morir.
El pecho de cada dominicano es a manera de un
santuario en cuyo interior vive la patria su arma será la Ley, y la
norma que regirá se conducta será la libertad por la cual esta dispuesto
a morir.
41- Libertad! Que aún se yergue serena
42- La Victoria en un carro triunfal
43- y el clarín de la guerra aún resuena
44- pregonando su gloria inmortal
Se percibe eufórico los ecos de los gloriosos
triunfos alcanzados por el pueblo dominicano en su lucha
independentista: frente a Haití (1844.1856), frente a España
(1863.1865), y aún frente al grupo de con-.nacionales que trató de
anexar el territorio nacional a los Estados Unidos, durante los seis (6)
años de Buenenaventura Báez (1868-1874)-
45- Libertad ¡ que los ecos se agitan
46- mientras llenos de nobles ansiedad
47- nuestros campos de glorias repiten
48- LIBERTAD ¡LIBERTAD ¡ LIBERTAD!
Esta última estrofa se incita a la difusión
de las gloriosas hazañas de los dominicanos que han luchado y seguirán
luchando por la libertad.
EL Himno Nacional Dominicano, está compuesto por 48 versos en 12 estrofas.
La
puerta del Conde, se debe su nombre en homenaje a Bernardino de Meneses
Bravamente y Zapata, Conde de Peñalva, gobernador y capitán de la Isla.
Cuando en el mes de mayo del 1655, tropas Inglesas al mando del
Almirante Willians Penn y el general Robert Venables, trataron de
invadir el territorio nacional y fueron rechazado.
Explicación Histórica de nuestro Himno Nacional Dominicano
Los versos de nuestro Himno, embellecido por
el bien logrado concierto de su métrica y rima e impregnados de
patriotismo, narran los más sobresalientes hechos históricos acaecidos
en Quisqueya desde la invasión haitiana de 1822 hasta la Restauración.
Estamos percatados de que muchos dominicanos
no ignoran esto; pero conscientes de que esos son escasos con relación a
los desconocedores, nos proponemos llevar nuestra explicación a esa
gran mayoría
Emilio Prud Home, el afortunado poeta, al
escribir los primeros versos: “Quisqueyanos valientes alcemos”, hace
una invitación al dominicano a levantar con emoción en la voz nuestro
himno, y a mostrar a la vez al universo nuestra inmaculada bandera.
Luego de alabar en la segunda estrofa al
pueblo que se lanzó sin temor a la guerra contra el invasor haitiano
para sacudir el yugo de la esclavitud, asegura en la tercera que un
pueblo que no se lastime con la deshonra, y que no avive en su pecho la
llama que fortalece el heroísmo varonil, no merece la libertad.
Sin embargo, dice en la cuarta estrofa,
Quisqueya, indomable y bravía siempre mantendrá la rente levantada, y
“si fuere mil veces esclava otras tantas ser libre sabrá”. Estos dos
versos hablan claro.
En la quinta estrofa se refiere al engaño del
cual se valió Boyer para pisotearnos con sus tropas el 9 de febrero
del 1822, y quiere decir que si ese hecho bochornoso fue amarga
realidad, en las batallas de Beler y Las Carreras (como en muchas otras)
supimos darles a los intrusos su merecido.
Según la sexta estrofa el dominicano,
siguiendo los designios de sus fundadores, guiados por el genio de
Duarte, supo en los campos de Santomé y Sabana Larga, en La Estrelleta,
en Cambronal, en Cachimán, El Número, Azua, Santiago, embriagarse del
sentido patriótico y encarnar la personificación viva del héroe,
prefiriendo la muerte a la deshonra. De ella podemos sacar la consigna
¡patria o muerte¡ no es nueva.
“Y si pudo inconsulto caudillo, de esas
glorias el brillos empañar” dicen los primeros versos de la séptima
estrofa. No hay dudas de que este inconsulto caudillo a que se refiere
el poeta Prud Home, es al pérfido Pedro Santana,.
Que las glorias que empaño fueron las
guerras independentistas contra Haití, y que el hecho con que la
empaño fue la oprobiosa anexión a España llevada a cabo en 1861, Quizás
Santana no fue un caudillo tan inconsulto,. Porque asesoramiento siempre
le sobro, ahora bien lo que hay que observar es lo nefasto y
antipatriótico del asesoramiento.
En los versos restantes de la comentada
estrofa, y en la octava entera se refiere a la guerra Restauradora.
Esta comenzó definitivamente en Capotillo, y el poeta dice cómo se vio
ondear en la afortunada loma la lumínica bandera de fuego de la guerra.
Narra cómo el histórico incendio de la ciudad
de Santiago ocurrido el 6 de noviembre de 1863, dejó anonadadlo al
soberbio león español, tanto, que vencido, sangrante y maltrecho se
alejó de nuestras orgullosas playas en donde nuestra soberana bandera
flotaba airosa
Son las restantes cuatro estrofas las más
encendidas de patriotismos, las que sin dudas leerlas, no hay
dominicano que no sienta estremecerse, y vibrar en sus adentros con
fortaleza un sentimiento de dominicanidad profunda
Invita la octava estrofa a mostrar erguida e
imperturbable nuestra frente, orgullosos más que nadie de nuestra
actitud ante la vicisitudes pasadas; pero lo más significativos de esta
estrofa son sus dos últimos versos de los cuales habla elocuentemente
“ QUE QUISQUELLA SERA DESTRUIDA, PERO SIERVA DE NUEJO ¡JAMAS¡
La novena dice con razón que nuestros pechos
son templos de honor en donde vive la patria. Desde luego, Prud Home,
no se refería al escribir así todos los dominicanos; él sin dudas
excluía a los traicioneros que tantos puñales le han clavado a
Quisqueya; por lo mismo, hoy no son todos los dominicanos a los que
atañe gozar de las significativas estrofas de nuestro himno; hay a
quien las amigue oírlas. Termina la novena estrofa repitiendo el lema
de ser libre no morir que debe vivir en cada dominicano
En las dos estrofas finales resalta un
acendrado amor a la libertad. Prud Home, repite esta palabras cinco
veces en dicha estrofas; pinta nuestra victoria paseando serena en su
carroza invicta , y al clarín marcial pregonando a los cuatro vientos
¡libertad¡ los ecos esparciéndose y llenando los ambientes; los campos
inmensos repitiendo sin cesar ¡libertad¡ ¡libertad¡ ¡libertad¡.
Sin temor a pecar de exagerados, es nuestro
himno patrio una composición de un maravilloso logro que cumple a
cabalidad su cometido; embriagarnos de amor patrio. Su música no podía
ser más acorde, es la mejor gala con que don José Reyes pudo vestir
los magníficos versos de Prud Home.
Escrito por el 1883, adaptado oficialmente en 1934, pero en los actos oficiales desde 1890.
Da mucha lástima que las letras de nuestro
himno sean tan poco conocidas, estoy seguro que `para hallar un
dominicano que le sepa habría que buscar unos cien mil y que los
que la interpreten correctamente son escasos.
Es una de tantas de las consecuencias
desgraciadas del desamor a los nuestro; esto así porque la difusión no
ha faltado, puesto que hemos visto las letras de nuestros himno
hasta en cuadernos escolares; pero es que falta levantar el incentivo
hacia los nuestro valorizarlo y no mirarlo indiferente
Himno Nacional Dominicano
Las letras del Himno Nacional Dominicano fueron escritas por Emilio
Prud-Homme y la música por José Reyes. La primera ejecución pública del
mismo se realizó en agosto del mismo año, con motivo del traslado de los
restos de Duarte (1884). En 1897, el maestro Reyes adaptó a su himno
unas estrofas escritas por Federico Henríquez y Carvajal.
En 1877 Prud’Homme modificó
las letras de su himno. Poco antes habían ocurrido discusiones públicas
en torno a las diferentes letras publicadas. A finales de 1897, el Himno
de Prud-Homme, fue aprobado oficialmente por el congreso Nacional,
pero el Presidente Heureaux se negó a dar vigencia a esa decisión. En
1934 Trujillo, oficializó el Himno de Reyes y Prud-Homme. La versión
cantada que se escucha en actos públicos, actividades políticas, la
radio, la televisión, centros académicos, etc. sólo contiene las cuatro
primeras estrofas. La cuales aparecen, en español e inglés, al final de
las letras completas del himno, transcritas a continuación.
Quisqueyanos valientes, alcemosNuestro canto con viva emoción,
Y del mundo a la faz ostentemos
Nuestro invicto, glorioso pendón
¡Salve! el pueblo que, intrépido y fuerte,
A la guerra a morir se lanzó,
Cuando en bélico reto de muerte
Sus cadenas de esclavo rompió.
Ningún pueblo ser libre merece
Si es esclavo, indolente y servil;
Si en su pecho la llama no crece
Que templó el heroísmo viril,
Más Quisqueya la indómita y brava
Siempre altiva la frente alzará;
Que si fuere mil veces esclava
Otras tantas ser libre sabrá.
Que si dolo y ardid la expusieron
De un intruso señor al desdén,
Las Carreras! Beller!... campos fueron
Que cubiertos de gloria se ven.\
Que en la cima de heroico baluarte
De los libres el verbo encarnó,
Donde el genio de Sánchez y Duarte
A ser libre o morir enseñó.
Y si pudo inconsulto caudillo
De esas glorias el brillo empañar,
De la guerra se vió en Capotillo
La bandera de fuego ondear
Y el incendio que atónito deja
De Castilla al soberbio león,
De las playas gloriosas le aleja
Donde flota el cruzado pendón.
Compatriotas, mostremos erguida
Nuestra frente, orgullosos de hoy más;
Que Quisqueya será destruida
Pero sierva de nuevo, jamás!
Que es santuario de amor cada pecho
Do la patria se siente vivir;
Y es su escudo invencible, el derecho;
Y es su lema: ser libre o morir.
¡Libertad! que aún se yergue serena
La Victoria en su carro triunfal,
Y el clarín de la guerra aún resuena
Pregonando su gloria inmortal
¡Libertad! Que los ecos se agiten
Mientras llenos de nobles ansiedad
Nuestros campos de gloria repiten
Libertad! Libertad! Libertad
Letras y música del Himno Nacional Dominicano
AMBITO Y RUTAS DE JOSE REYES Y EMILIO PRUD HOMME
FUENTE; Ramón Lugo Lovatón,
José Reyes se inspiró en la Marsellesa, para escribir la Música del Himno Nacional
Un oficial del Cuerpo de Ingeniero del
Ejército francés del Rin, llamado Rougert de I Isle compuso en 1792 La
Marsellesa, bautizada así porque los primeros que la dieron a conocer en
París fueron los franceses marselleses.
Noventa años después, un dominicano, amante
de la música, se inspiraba en el canto patriótico francés, reconocido
como fuente inspiradora de muchos otros himnos.
La Revista Clío, señala, “El Himno Coral de
José Reyes surgió de su espíritu, en pleno estío del año de 1882,
cuando tocaba a su fin el primero de los bienios constitucionales, de
la Presidencia de Meriño. La Música precedió a la letra. La Letra – en
octavas apareció más tarde.
En la Primavera de 1883, un domingo, el de
Ramos o sea el de Pascuas, un grupo de jóvenes intelectuales se hallaban
reunido, como solía, en la casa No. 7 sita en la antigua calle del
Arquillo, llamada entonces de Santo Tomas en honra y memoria del
venerable pastor de almas que fue el Arzobispo Don Tomás de Porte e
Infante, cuando llegó José Reyes a solicitar de los poetas unas
estrofas para un himno.
Se dirigía a estos partaliras: José Dubeau,
César Nicolás Pensón, Emilio Prud Homme, y Federico Henríquez y
Carvajal. Cuando se iba el autor del himno a la tertulia llegaba el
bardo de las Fantasías Indígenas.
Cincos cantores improvisaron sendas estrofas
marciales en versos endecasílabos, pero no pasaron de la primera. El
señor de la casa, no solariega, fue el único que prosiguió, el siguiente
día, devanando el hilo de oro de su discurso rítmico, y compuso seis
octavas para el himno de Reyes.
Era el día 16 de agosto de 1883, vigésimo
aniversario de la Restauración de la República, y bajo la presidencia
de José Joaquín Pérez, celebrándose se la segunda velada de la Prensa
Asociada. Dos números del programa anunciaban sendos himnos, de los
profesores Reyes y Arredondo. Una crónica de la Revista Científica,
refiriéndose a ellos, se expresaba “Hubo dos Himnos, a toda orquesta,
cantados por varios caballeros. Uno del profesor José Reyes, letra de
Emilio Prud Homme, otro del profesor José M. Arredondo, letra de la
poetisa Josefa Antonia Perdomo. Ambos gustaron; pero singularmente el
del maestro Reyes por su aire popular”.
Esa orquesta la que esa noche estrenó el Himno. Estuvo integrada de la manera siguiente; Violines; José Pantaleón Soler y Mariano Arredondo: Violoncelo, J. Reyes; Contrabajo; Mulet; Bombardino; Manuel Martínez; Clarinetes, Juan Francisco Pereyra y Alfredo Máximo Soler: Flautas; Julio Acosta y E. Affigne; Trompa; L. Polanco; Bajo, Marcelino Hernández. Esos fueron los músicos que ejecutaron por primera vez el Himno de Reyes, (Himno Nacional)
La velada donde por primera vez se cantó y
tocó el Himno, tuvo lugar en la Logia Esperanza No. 9 en su local
antiguo de la calle Mercedes No. 4, el viernes 17 de agosto de 1883,
con motivo de la celebración del vigésimo aniversario del Grito de
Capotillo que inició la Guerra Restauradora. José Reyes fue venerable
de dicha Logia.
Se afirma que en Exposición de Milán (Italia)
de 1909, se ejecutaron varios Himnos, y que alguien, habiendo obtenido
La Marsellesa el primer premio, expresó que el Himno Dominicano era
el segundo entre los interpretados. En una oportunidad refiere Ravelo,
que Alfonzo XIII, Rey de España, al escuchar nuestro canto, exclamó
¡Valiente Himno!. Ese es Himno de un gran Pueblo!
El Himno de Reyes y Prud Homme
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