La corrupción, el principal escollo para la competitividad en la República Dominicana
SAN JOSÉ, Costa Rica (EFE).-
Aunque muestra algunos avances en el Informe Global de Competitividad del Foro Económico Mundial (FEM), Centroamérica debe redoblar los esfuerzos para reducir el exceso de burocracia, la corrupción y la inseguridad, factores que atentan contra el desarrollo.
Esta es una de las principales conclusiones a las que llegó hoy el Centro Latinoamericano para la Competitividad y el Desarrollo Sostenible (CLACDS) del Instituto Centroamericano de Administración de Empresas (INCAE), con sede en Costa Rica, que presentó los datos regionales del informe como socio en Centroamérica del FEM.
El país más competitivo de Centroamérica es Panamá, que se ubica en el puesto 42 a nivel global y segundo de Latinoamérica, solo superado por Chile, que es 33 del mundo.
Costa Rica es segundo en Centroamérica en el puesto 54 mundial y cuarto latinoamericano, mientras más rezagados aparecen Guatemala, en la casilla 78, Honduras (88), República Dominicana (92), Nicaragua (100) y El Salvador (105).
El investigador del CLACDS/INCAE, Ronald Arce, presentó los resultados de Centroamérica, República Dominicana y Bolivia, y señaló que según una encuesta a empresarios que es parte del informe, la burocracia, la corrupción y la inseguridad son los principales males que restan competitividad a la región.
“La burocracia y la corrupción son factores muy importantes en Centroamérica pero también en toda Latinoamérica. Los gobiernos no han pasado a la era digital, hay muchísimos trámites; y la corrupción afecta tanto el sistema público y como el privado, y es un lastre para el crecimiento”, dijo Arce a Efe.
República Dominicana
La corrupción es señalada por los empresarios como el mayor problema en Panamá y República Dominicana, pero está entre los cinco principales males en el resto de los países.
La inseguridad es el mayor problema en El Salvador y Guatemala, el tercero en Honduras y el quinto en Panamá, mientras la burocracia es la barrera número uno para la competitividad en Costa Rica, Honduras y Nicaragua.
“La región tiene una serie de deficiencias en sus sistemas institucionales para competir con otros países. Hay baja confianza en los Gobiernos, los sistemas judiciales y los Gobiernos locales”, afirmó Arce.
Entre las fortalezas de Centroamérica, el informe destaca los mercados financieros sólidos, estables y muy poco propensos al riesgo, pero que tienen el lunar de tener poco desarrolladas sus carteras para proyectos de innovación.
Arce explicó que el informe muestra una región “partida”, con Panamá y Costa Rica que muestran “una senda de desarrollo mayor”, otro segmento integrado por Guatemala y Honduras, y otro de más rezago en el que aparecen El Salvador y Nicaragua.
El informe ubica a Costa Rica como líder latinoamericano en el ámbito de la innovación, pero con deficiencias en materia de infraestructura y confianza en las instituciones públicas.
Panamá basa su buena competitividad en su crecimiento económico que es impulsado por la estabilidad y su clima de negocios dinámico, pero debe mejorar en asuntos como la calidad de educación universitaria y desarrollo institucional.
“Panamá se mueve hacia una economía más desarrollada y necesita recurso humano que pueda competir en innovación y procesos logísticos, que le permita aspirar a un nivel como el de Singapur”, dijo Arce.
El Salvador es el país centroamericano peor ubicado en el índice, lo que se debe, según Arce, a una “caída en las percepciones del banco central”, y un “deterioro en la credibilidad del sistema y en el funcionamiento de los mercados de bienes”.
Guatemala se ha mantenido constante en el informe durante los dos últimos años pese a la crisis institucional y de corrupción que atravesó recientemente.
“El sistema sobrevivió a algo muy delicado y refleja cierta madurez. Pero sus instituciones siguen siendo poco funcionales en crear la capacidades que el país necesita. Se debe mejorar en las tecnologías para la población y las empresas”, explicó Arce.
Honduras ha logrado ganar estabilidad en los últimos años basado principalmente en el crecimiento económico, pero hay temas serios que debe mejorar como la seguridad y capacitación el capital humano.
Nicaragua tiene una “economía en una etapa primaria de desarrollo” y un rezago en infraestructura, principalmente en el Caribe donde la principal deficiencia es la ausencia de un puerto que facilite el desarrollo del comercio internacional.
Además, el recurso humano no está recibiendo las capacidades suficientes para aprovechar las tecnologías.
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