miércoles, 28 de septiembre de 2016

EL PASO DE LOS ANDES

EL PASO DE LOS ANDES

Foto: T Edejo
El 27 de mayo de 1819 inicia El Libertador, desde Mantecal, la marcha para liberar Nueva Granada. Esta campaña, que impuso el famoso paso de los Andes, duró setenta y cinco días «con asombro universal». La culminación de esta hazaña fue la batalla de Boyacá que dio la libertad a la Nueva Granada.
En sorprendente y osado movimiento estratégico, el ejército patriota, disciplinado por oficiales extranjeros y reforzado con numerosos reclutas, cruzó los Andes e inicio la campaña de Nueva Granada.
Los meses transcurridos en la Guayana permitieron al ejército patriota reorganizarse, disciplinarse, incorporar numerosos oficiales ingleses, irlandeses, franceses y de otras nacionalidades europeas y adiestrar a los reclusos que acudieron de todas las provincias.
Morillo, que había sufrido algunas derrotas menores, seguía aún dominando casi todo el territorio. Mientras la caballería republicana permanecía en los Llanos, la infantería partió el 27 de mayo de 1819 de Mantecal hacia los Andes. A costa de increíbles sacrificios y esfuerzos, atravesó el páramo de Pisba, donde muchos soldados murieron de frío, sostuvo con éxito los combates de Gámeza y Pantano de Vargas y, el 7 de agosto dio la batalla definitiva de Boyacá, donde cayeron prisioneros el jefe y más de 1.500 soldados realistas. Ante el avance patriota, el Virrey Juan Sámano abandonó Bogotá, que fue ocupada por Bolívar.
Francisco de Paula Santander fue designado vicepresidente de Nueva Granada y El Libertador volvió a Venezuela al siguiente mes.
EL PASO DE LOS ANDES
(Tomado De Las Aventuras De Simón Bolívar Del Historiador Vinicio Romero)
“Pronto estos oficiales supieron qué clase de soldados teníamos. El 2 de Abril Páez, con 150 llaneros, ganaba una increíble batalla en las Queseras del Medio. Para premiarlos les di la Estrella de los Libertadores. Luego cruzamos el Arauca y de allí fuimos a establecernos en Mantecal.
Como el ir a la Nueva Granada exigía meditación y consulta, reuní una Junta de Guerra en la Aldea de Setenta para explicar el Proyecto. Todos los oficiales estuvieron de acuerdo. Así, pues, emprendimos la marcha el 27 de mayo de 1819.
El General neogranadino Francisco de Paula Santander iba a la vanguardia. El conocía bien el terreno que pisaba y era un hábil e inteligente militar. Tenía él para esta fecha 28 años. La marcha era dura, forzada, porque teníamos que cruzar muchísimos ríos crecidos. Cuando llegamos a Pore, en menos de un mes habíamos recorrido 600 kilómetros.
Pero lo más duro estaba por delante. Para no tropezar con las fuerzas realistas y caerles de sorpresa, se me ocurrió que debíamos atravesar con todo el ejército el páramo de Pisba, rodeado de barrancos y peñascos, por senderos que apenas si hacen posible la marcha y además con un frío aterrador y la molestia constante de la lluvia y el granizo. Aquello era casi superior a nuestras fuerzas.
Yo no me cansaba de animar a los soldados, que caían muertos de cansancio o engarrotados por el frío. A muchos de ellos hubo que darles palizas para que les pasara el “mal del páramo”. Tal fue la marcha, que la caballería llegó sin caballos, sin armas y sin nada que les molestase, porque ya era bastante poder con el propio cuerpo.
Con todo, el general Barreiro nos hizo frente en Gámeza y lo batimos por completo, aunque hubo gestos de heroísmo de ambas partes. Y días más tarde obtenemos una ejemplar victoria en Pantano de Vargas. A marchas forzadas llegamos a Tunja y dos días después, el 7 de agosto libramos la famosa Batalla de Boyacá, en que el ejército español quedó rendido ante nuestra osadía y el propio General Barreiro fue hecho prisionero. El Virrey Sámano, que estaba en Bogotá, abandona la capital y la tomamos nosotros el día 10. El 20 de septiembre estoy en camino para Venezuela y llego a Angostura el 11 de diciembre…”

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