viernes, 14 de octubre de 2016

¿Quién se apiadará del teatro La Progresista?

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Teatro

¿Quién se apiadará del teatro La Progresista?

Es bochornoso el estado de abandono del que fuera el primer teatro creado en el país, sin que nadie se conduela de su condición y sin que existan proyectos concretos a mediano o largo plazo para su rescate. 

 .¿Quién se apiadará del teatro La Progresista?

 Desolación. Estas imágenes muestran la deteriorada condición del teatro La Progresista, luego de 103 años de su construcción.

Saiury Calcaño
La Vega
Cuando se califica a La Vega como ciudad culta no se hace por añadirle otro título honorario  a esta provincia olímpica, histórica y carnavalesca. Desde la entrada de la ciudad, el visitante transporta su mirada en un viaje en el tiempo. Sus calles, edificios y avenidas acumulan cultura, la cual vive también en la memoria de cada longevo vegano.
Todo se mantiene intacto, desde el árbol de tamarindo del parque central, que todavía ofrece su prodigiosa sombra a los veganos,  hasta la Catedral de la Inmaculada Concepción.
El asombro de quienes visitan la ciudad surge cuando se observa a la derecha del parque central un edificio de dos niveles, color crema, desamparado, viejo y sin vida que contrasta con el remozamiento de los locales colindantes.
Un desconcierto aún mayor se apodera de quien conoce la historia detrás de los escombros de estas paredes, y quien al cruzar la calle comprende que se encuentra frente a lo que una vez fue el eminente teatro La Progresista.
Detrás del telón
Nada excepcional surge de la nada, ese teatro fue la encomienda acabada de la sociedad La Progresista: “Una institución, de carácter cultural, académica y artística en todo el sentido de la palabra”, expresa su presidente actual, Henry Santos Lora.
Y relata que fue fundada el primero de septiembre de 1878 con 30 miembros, hombres verdaderamente preocupados por el progreso de La Vega,  que no eran indiferentes ante el abuso político que se vivía en aquella época.
“Suplía ciertas carencias de la ciudadanía que tanto el Ayuntamiento local como el gobierno central no podían suplir”, indica. En ese tiempo, el local auspició censos, escuelas, hospitales, y donaciones a diversas instituciones, así como la primera biblioteca pública.
“A través del tiempo los miembros de la entidad quisieron cambiar las armas por un libro. Y de hecho, transformaron el escenario de las guerras, por el escenario  del teatro. Y así se perpetuaron como la institución civil y cultural más antigua de la ciudad de La Vega”, agrega Santos.
¡Qué empiece la función!
El 15 de agosto del 1910, este clan promotor de la cultura, inauguró el “Teatro La Progresista”, el cual se destacó como el primer teatro en  la historia de la República Dominicana.
Inspirado en la ”pera Chica de París, auspiciado por la compañía española Reyes Soler, diseñado y construido por el ingeniero Zoilo Hermógenes García, abre el telón el teatro vegano y se estrena como centro cultural del Cibao con el drama “La Muerte Civil” y la zarzuela “La Viejecita”. “El teatro La Progresista nació para fomentar el teatro como expresión artística, contribuir al estudio, a la difusión del conocimiento, y al fomento de las artes. Entendían sus fundadores que de esa manera contribuían al adelanto material y espiritual del pueblo de La Vega, y, por consiguiente, del país”.
Declive artístico
El teatro fue decayendo con el paso de los años, cuenta Santos Lora: “Desde 1990 en adelante, sus estructuras y su escenario se encontraban en franco deterioro y descuido por la falta de ayuda y mantenimiento. Nunca la sociedad y su teatro contaron con ayuda de ningún estamento estatal, al igual como en el presente ocurre. Todo se contrae a un esfuerzo privado de muchas limitaciones”.
Intentos fallidos
Desde el 2002, la sociedad La Progresista ha librado una fuerte lucha por su rescate, pero sus esfuerzos se han visto frustrados. Una de las voces que se ha elevado por la noble causa, lo describe mejor: “La falta de conciencia estatal, la falta de identidad e identificación con los valores autóctonos. De igual manera, La Vega luce en muchas de sus caras envejecida y olvidada. Hay muchas ruinas de un pasado esplendoroso”.
Santos Lora respira, y con la fe depositada en el sueño de cada vegano, prosigue ahora con más fuerza y exterioriza que la situación ha obligado a la sociedad a empoderarse, y así lo han  logrado en los dos últimos años, al romper con la apatía, la inercia, los conflictos estériles, y darle un nuevo rumbo, en busca del rescate de nuestra identidad como pueblo.
“El Estado debe jugar su papel, aunque también hemos logrado ayuda de sectores de la vida privada del país que han creído en la restauración del proyecto y la han visto con amor. Pero hace falta más”, responde ante la interrogante de quienes podrían ser los dadores de los recursos económicos que se necesitan.
¿Y si alguien se doliese?
En una entrevista hecha por la periodista Dahiana Vásquez en el año 2009 para el Listín Diario, el ingeniero César Arturo Abréu, presidente del Instituto Duartiano de La Vega, afirmó que una vez destruido el teatro, la urbe empieza a decaer en su aspecto “cultural”, Y resaltó que actualmente en la ciudad de La Vega existen alrededor de 22 grupos teatrales, que no cuentan con un escenario para demostrar sus talentos.
 “De restaurarse el teatro La Progresista, se realizarían obras de teatro, cine, conciertos y actividades masivas en el orden cultural, y se crearía un patronato. Al igual  de llevar a escena ciertas actividades que podrían hacer del teatro un espacio auto sostenible, ya que es un ícono, y un patrimonio tangible de nuestra cultura vegana.”, planifica con ilusión el presidente de la sociedad La progresista.
“El teatro La Progresista, concluye, nos devolvería el esplendor cultural tan ansiado en nuestra ciudad de La Vega. Sus ruinas diariamente nos reclaman, nos interpelan. El teatro espera volver a dar su luz y su alegría a toda la región”, considera Santos. “El teatro fue, y debe volver a ser, el epicentro cultural del pueblo de La Vega. Debemos  conservar nuestra identidad y nuestro patrimonio cultural. La Vega sin el teatro La Progresista, definitivamente, no es La Vega. Indudablemente, le hace falta algo. Ese algo es su rescate y restauración”, agrega.
Lo que hace resonancia, y se continúa cuestionando el vegano, el cibaeño y el dominicano, que se topa cara a cara con el descuido artístico y cultural, es: ¿Hasta cuándo quedará hecho un fiambre la máxima expresión de la artes? ¿La Vega continuará con el título honorífico de ciudad culta si no tiene un espacio donde se pueda desarrollar como tal?, las voces indomables que buscan un despertar gritan: ¿Quién se apiadará de este tesoro cultural?
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UN BUEN TEATRO TRAS BASTIDORES

  - “La Vega necesita un escenario para el teatro, y La Progresista, es el escenario esperado, ya que el mismo encierra toda nuestra tradición, es de todos, es un patrimonio de la República Dominicana. Y todos debemos de velar por ella”, Henry Santos Lora.
- El ferrocarril que existía y que venía de Sánchez, facilitaba la presencia en el teatro de muchas personalidades del ambiente cultural internacional.
- La pobreza del período colonial fue un factor decisivo para que la dramaturgia y la representación teatral se mantuvieran en límites muy modestos. Las residencias particulares servían de escenario para las principales manifestaciones artísticas de la época.

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