Dulce María Loynaz
(Dulce
María Loynaz y Muñoz; La Habana, 1903 - 1997) Poeta y narradora cubana
cuya primera obra se inscribe en el posmodernismo insular, dentro del
cual fue la figura más representativa de la línea purista. La lírica de
Loynaz sedujo por su sencillez y naturalidad y el ritmo y la
musicalidad de sus versos, en los que predominó una temática en
ocasiones fruto de la angustia y del enigma y motivada por el amor.
Fue la mayor de cuatro hermanos nacidos de la
unión entre María de las Mercedes Muñoz Sañudo y el general Enrique
Loynaz del Castillo. Última descendiente de una estirpe de fundadores,
sus antepasados provenían del País Vasco, y entre ellos se contaban
varios personajes ilustres que habían destacado sobre todo en el ámbito
militar y religioso. En su familia no existían, sin embargo,
antecedentes literarios, aparte de algunas composiciones de su padre,
escritas como aficionado.
Su infancia transcurrió en una casa del popular
barrio cubano de El Vedado, donde había nacido y donde vivió la mayor
parte de su vida. Creció, junto con sus hermanos Enrique, Carlos Manuel y
Flor, rodeada por un ambiente cultivado, en el que se fomentaba la
expresión artística y que acogió con satisfacción la incipiente
sensibilidad poética que despertaba en ella. Se educó en su hogar bajo
la atenta mirada y los cuidados de su padre, y ni ella ni sus hermanos
asistieron jamás a un colegio. Pese a ello, adquirió y asimiló en
profundidad una vasta cultura, que alimentaría toda su trayectoria
literaria y que se reflejaría en cada una de sus palabras.
En 1919 publicó sus dos primeros poemas, Vesperal e Invierno de almas,
en el diario La Nación, que significaron la entrada de Loynaz en el
mundo de las Letras. Posteriormente, estudió Derecho Civil en la
Universidad de La Habana, y se doctoró en 1927. Fue doctor "Honoris
Causa" por esta misma universidad. En 1928 empezó a escribir su novela
lírica Jardín, que terminaría siete años después y que no se publicaría en España hasta 1951.
Esta
obra es una especie de autobiografía poetizada en la que son elementos
fundamentales la memoria, la imaginación y el sueño. Se nutre de
sentimientos y recuerdos de los años pasados un su casa de El Vedado y,
sobre todo, en el jardín que la rodeaba. La autora convierte lo que fue
un lugar real, en el que transcurrieron muchos momentos de su vida, en
un mundo imaginario, ensoñador y simbólico, en su paisaje íntimo, a
través del cual percibe, entiende y expresa los movimientos y recovecos
de su alma. En esta obra, como en el resto de su producción poética y
novelística, la autora expresa su deseo de comunión con los demás, con
la naturaleza y con los objetos, en una especie de unión mística con el
mundo.
Es fundamental en su estilo la influencia de
Juan Ramón Jiménez. En las composiciones de Loynaz encontramos una
ternura, delicadeza y melancolía que recuerdan, sin duda alguna, la
expresión intimista de Platero y yo, la popular obra del poeta.
Él mismo reconoce estas semejanzas entre ambos en un artículo del año
1942, que publica en la revista semanal Buenos Aires. En 1929 viajó a Turquía, Siria, Libia, Palestina y Egipto. En este momento escribió su obra Cartas de amor al Rey Tut-Ank-Amen,
inspirada por su visita a la tumba del famoso faraón. Un año después
conoció a García Lorca, con el que mantuvo una entrañable amistad y que
fue uno de los muchos amigos que hizo en España.
En el año 1937 se casó con su primo Enrique de Quesada y
Loynaz, pero su matrimonio fracasó, y la pareja se divorció siete años
después. En 1938 publica Versos, una recopilación de poemas escritos entre 1920 y 1938, y Canto a la mujer estéril.
En 1946 contrajo matrimonio con el periodista Pablo Álvarez de Cañas,
originario de las Islas Canarias. A partir de este momento inició una
serie de viajes que la llevarían por gran parte de América del Sur
(Chile, Argentina, Uruguay y Brasil), y desde 1947 hasta 1958, también
por España, país con el que mantuvo una profunda relación y que visitó
en numerosas ocasiones.
Dedicó a esta tierra gran
parte de su obra, que tuvo en ella una enorme y cálida acogida. Su
persona siempre fue recibida con honores, y fue galardonada en diversas
ocasiones por su talento poético. En 1947 recibió la Cruz de Alfonso X
el Sabio, en 1951 fue elegida Miembro Correspondiente de la Academia
Nacional de Arte y Letras, y homenajeada en las Islas Canarias, donde
fue declarada Hija Adoptiva de Puerto de la Cruz. Un año más tarde,
Gabriela Mistral la propuso como candidata al Premio Nobel de
Literatura. En 1953 la Universidad de Salamanca le otorgó a modo de
homenaje la cátedra Fray Luis de León, y el mismo año asistió como
delegada al Segundo Congreso de Poesía, presidido por Azorín. Dos años
después fue nombrada académica de la Real Academia de Bellas Artes de
San Telmo.
De esta época son las obras Juegos de agua; versos del agua y del amor (1947); Mi poesía autocrítica (1951); Poemas sin nombre (1953); Obra lírica (1955), que recopila todos sus versos anteriores; Últimos días en una casa (1958) y Un verano en Tenerife,
publicado el mismo año. También durante este período escribió diversas
crónicas en las que dio a conocer sus impresiones acerca de sus viajes
por América del Sur, Europa y España. Algunos de estos artículos, que
aparecen en periódicos como El País y Excélsior, son: Impresiones de un cronista (1947); Crónicas de América del Sur (1947); El Succés de la semana (1948); Crónicas de ayer (1954) y Entre dos primaveras (1954). Dio recitales de poesía por toda la Península, además de numerosas conferencias, como Gertrudis Gomez de Avellaneda, La Gran Desdeñada; Poetisas de América; Mujer entre dos islas y El último rosario de la reina, ambas de 1951, y Gabriela y Lucila (1957).
Un
año más tarde regresó a su tierra natal y a la paz de su casa de El
Vedado para dedicarse desde allí a la literatura. También en Cuba se
reconoció su valía, y se la tuvo en gran estima, siendo elegida miembro
de número de la Academia Cubana de la Lengua en 1959, condecorada con la
Distinción Por la Cultura Nacional por el Ministerio de Cultura de Cuba
en 1981, y proclamada miembro Emérito de la Unión de Escritores y
Artistas de Cuba en 1989.
Cabe destacar también sus obras Nueve poetas cubanos del siglo XX; Fe de vida; La novia de Lázaro; Antología lírica; Poesías escogidas (1985); Bestiarium (1991), que recoge algunos de sus pomas breves escritos en los años veinte, y Poemas náufragos
(1991), por los que recibió el Premio de la Crítica en Cuba de 1992.
Este mismo año se le otorgó el Premio Miguel de Cervantes de Literatura
en España, siendo elegida entre candidatos como Mario Vargas Llosa,
Camilo José Cela y Rosa Chacel, entre otros. Por la pureza de su voz
lírica y su cautivadora expresividad, se la considera una de las
representantes femeninas más ilustres de la poesía latinoamericana.
¿Quién es la joven de la segunda foto?
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