La creciente pero vulnerable clase media de América Latina
https://www.weforum.org/es/agenda/2016/10/la-creciente-pero-vulnerable-clase-media-de-america-latina
Con la colaboración de Esglobal.
El desarrollo de la clase media es un proceso relativamente
reciente, que ocurre sobre todo en los países en desarrollo y que está
en la actualidad en auge. El proceso de erradicación de la pobreza está
unido al crecimiento en dichos países.
Este fenómeno representa un reto para el diseño de políticas, pues
las bajas capacidades institucionales de los países en desarrollo hacen
difícil compaginar estrategias para mitigar la pobreza –que todavía
sigue siendo elevada- y medidas destinadas a aquellas personas que han
salido de la pobreza extrema pero que siguen siendo vulnerables, debido
al alto riesgo de volver a caer en su situación anterior.
Aunque esta tendencia parece llevar consigo una disminución de la
pobreza, no es así en todos sitios, habiendo importantes variaciones
según las regiones. China y el Sureste Asiático destacan por la
disminución de la pobreza, pero el número de población vulnerable sigue
siendo muy elevado.
Uno de cada tres latinoamericanos forma ahora parte de la clase media, aunque también ha aumentado la población en situación de vulnerabilidad.
En América Latina, el auge de la clase media ha sido el segundo
caso más relevante de las regiones en desarrollo en el mundo, por detrás
de Europa del Este. Uno de cada tres latinoamericanos forma ahora parte
de este grupo social, aunque también ha aumentado la población en
situación de vulnerabilidad. Esto supone dos grandes retos para la
región: en primer lugar, deben redoblarse los esfuerzos para fortalecer
las redes de seguridad y apoyo social, impidiendo así que esta población
caiga de nuevo en la pobreza. Además, también hay que desarrollar
políticas centradas en los casi 200 millones de latinoamericanos que
forman parte de la clase media, pues son la base para impulsar el
crecimiento de la región.
Cuando ser clase media no es lo mismo que sentirse clase media
Existen cuatro variables que tienen un mayor impacto a la hora de
identificarse como clase media: el nivel educativo, la posibilidad de
ahorrar, supervisar a alguien en el trabajo y que un miembro de la
familia esté empleado.
En cuanto a las variables nacionales, se observa que a menor
desigualdad y mayor ingreso per cápita, existen mayores posibilidades de
que los ciudadanos se perciban como clase media. Asimismo, en un país
donde existan muchas áreas rurales, hay mayor probabilidad de que
aquellos que viven en zonas urbanas se perciban como clase media, pues
sienten que su situación es considerablemente mejor que la de los
trabajadores rurales. Ocurre igual con la fragmentación étnica, ya que a
medida que la homogeneidad se reduce, hay más probabilidad de
percibirse como clase media. En caso contrario, existe la posibilidad de
sentirse excluido de esa etnia mayoritaria y por lo tanto, de
percibirse en un estrato inferior. Por último, otro de los factores
relevantes es aquel que se refiere al tipo de empleo: si uno trabaja en
el sector privado, más inestable, hay menos percepción de clase media,
al contrario que si la actividad que uno realiza es del sector público.
La acumulación de recursos tiene como resultado mayor capacidad de
inversión en capital físico, financiero y, especialmente, en humano,
saliendo beneficiados sectores como la construcción, las finanzas, la
salud o la educación. El gran reto de América Latina es precisamente la
población vulnerable, la más numerosa de la región. Este grupo se
percibe como clase media debido principalmente a dos motivos: la
educación y la capacidad de ahorro. La mejora de estos dos factores va a
ser clave para impedir que se genere frustración por no satisfacer sus
aspiraciones, como ya está pasando en Chile o Brasil, que actualmente
viven fuertes tensiones sociales ante la incapacidad institucional de
canalizar las nuevas demandas de la población.
Valores y preferencias de la clase media
En cuanto a los valores y percepciones, en todas las regiones en
desarrollo se repite el mismo patrón. Con respecto a la ideología,
destaca la moderación, se trata de población más tolerante, que a
diferencia de las clases más ricas, favorecen instituciones más amplias y
participativas.
El nivel de capital social –aquel que hace referencia a la
construcción de redes organizativas para canalizar las demandas sociales
a través de la cooperación dentro de comunidades específicas- destaca
por no ser elevado. Los individuos no desarrollan actitudes cooperativas
ni se involucran en los temas de su comunidad por pertenecer a la clase
media.
La confianza en las instituciones, en contra de lo que predicen las
hipótesis desarrolladas por los expertos, es bastante baja, por lo que
aunque crezca el número de personas perteneciente a la clase media, el
impacto en la legitimidad del sistema no es significativo.
Además, el activismo político de las clases medias es
sorprendentemente bajo, desmontando las teorías que afirman lo
contrario. En cuanto al papel del Estado en la protección social las
regiones en desarrollo están muy polarizadas, y, por lo general, tienden
a ser más favorables a las reglas de mercado.
Lo que distingue a la clase media latinoamericana del resto de regiones en desarrollo es su tendencia al post-materialismo.
Sin embargo, lo que distingue a la clase media latinoamericana del
resto de regiones en desarrollo es su tendencia al post-materialismo,
algo paradójico si lo comparamos con la cultura política del país, que
se caracteriza por la poca movilización social. El post-materialismo
otorga mayor importancia a la calidad de vida, la defensa de las ideas y
la democracia y en todas las regiones en desarrollo presentan valores
moderados, mezclando preferencias materiales y post-materiales. Aunque
la cultura política en América Latina destaca por el bajo interés y poco
activismo, se han producido grandes protestas en los últimos años en
países como Colombia, Chile, Brasil y Venezuela por parte de los
sectores vulnerables, que rechazan la política precisamente por la
ineficacia institucional a la hora de proveer bienes públicos como
salud, educación o asistencia social.
En resumen, el auge de las clases medias en las regiones en
desarrollo tendrá sin duda un fuerte impacto político, económico y
social, con nuevas problemáticas que se situarán en el centro de la
agenda política de estos países. El cambio que se viene gestando durante
los últimos años y que cada vez es más acelerado demuestra que las
clases medias en América Latina están dispuestas a retomar su rol como
promotores del cambio social, especialmente en lo que se refiere a
valores post-materiales. Esto plantea desafíos en la región y pondrá a
prueba la capacidad de las instituciones para adaptarse a la nueva
realidad, pero sin duda será fuente de cambios positivos.
Este artículo está basado en La reciente pero vulnerable clase media de América Latina: patrones de expansión, valores y preferencias de Michael Penfold y Guillermo Rodríguez Guzmán.
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